Existen varias áreas donde podremos y debemos mantener un programa de control y ahorro de los gastos y el consumo energético, comenzando desde la más correcta selección del equipamiento (compresores y secadores), el precio de adquisición, su mantenimiento y la distribución del aire hasta su consumo final.
Es por eso que debemos ser muy cuidadosos en el balance de estas áreas (%) en las que debemos enfocar nuestros esfuerzos y recursos, para lograr ahorros contantes a largo plazo en toda la vida útil de nuestro sistema de generación y distribución de aire comprimido.
Recomendaciones
- La adquisición de equipos de alta tecnología, el mayor rendimiento volumétrico y robustez certificada a través de extensas garantía
- La contratación de un servicio de mantenimiento especializado 24/7, avalado por el uso de refacciones y consumibles genuinos.
- El control sistemático de la demanda artificial a través de la colocación de recipientes de aire debidamente dimensionados y el uso de válvulas de control de flujo.
- Establecer un eficiente tratamiento del aire, que incluya el punto de roció más adecuado, la utilización de filtros de alta eficiencia con drenes de condensado del tipo “0” Loss y equipo para el tratamiento de residuales.
- Contar con un plan de monitoreo y eliminación de fugas, reduciendo las perdidas por ese concepto a una cifra no mayor del 10 %, del aire consumido por todo el sistema.
- La aplicación sistemática de estudios energéticos (por ejemplo el EQ), por ciclos no menores de 12 meses, ni mayores a 24 meses, con el objetivo de comprobar el grado de eficiencia energética de nuestro sistema de aire comprimido y su estado de actualización frente a los continuos cambios que sufren los esquemas productivos.
- La constante eliminación de los usos inapropiados, como el soplado para limpieza, el uso de boquillas mayores a las recomendadas, equipos ineficientes, etc.